Es innegable que la libertad de culto consagrada en nuestra Constitución y en la mayoría de Estados democráticos, es una garantía necesaria, pero que está siendo mal utilizada por muchas de las iglesias y sus líderes irresponsables, pues tienen una ventaja que consiste en la flexibilidad para cometer conductas que serían reprochables, incluso penalmente para quien no goce de ese honroso puesto de pastor, cura, chaman, etc., así las iglesias se aprovechan para emitir discursos discriminatorios o de odio contra: las mujeres, minorías raciales, homosexuales, discapacitados físicos, o simplemente aprovechan su credibilidad para difundir mentiras peligrosas como que las vacunas tienen un chip diabólico-gay o zombie, la tierra es plana o teorías delirantes similares, sin ningún sustento científico, poniendo en riesgo la salud pública o la de los mismos fieles con ayunos y demás riesgos en la vida de millones, también aprovechan para extraer riquezas de comunidades marginales para darse una vida opulenta, muy diferente a la de sus fieles, otros aprovechan las exenciones de impuestos para usufructuar de toda manera posible los espacios sacros, vender biblias, escapularios, imágenes bendecidas, yesos, aguas benditas, libros.
Es preocupante la naturalización que tiene en nuestra sociedad con estos abusos que cometen la mayoría de iglesias con sus fieles. En Colombia es noticia la supuesta estafa que cometió el pastor Gabriel Ferrer de Barranquilla, la noticia tiene una gran relevancia, pero no debe ser observada desde el enfoque amarillista por el que optaron los medios, cuya premisa sutil es que, este es un abuso ocasional, solo ocurre en pocos cultos de garaje, e incluso un tono burlón hacia esos “pocos” fieles incautos, premisa simplista y que merece un análisis más profundo.
Es indiscutible que la mayoría del país, incluidos quienes emiten estas noticias profesan la religión católica, con una cosmovisión y una forma de ver la vida casi antagónica a la de los cultos protestantes, tienen diferencias sutiles que son exageradas por el dogmatismo, pero en realidad las bases de esta polémica son las mismas para ambos (donaciones por presión, posición dominante de la autoridad y líder religioso, promesas de bendiciones, milagros, profetas, presencia de un ser supremo en los cultos, etc…), desde esa visión sesgada incrustada desde temprana edad, poco objetiva han surgido las más fuertes críticas a la supuesta estafa que cometió el pastor Ferrer, solicitando a las autoridades las sanciones más fuertes.
Por supuesto que esa ola de indignación aunque legítima y con razón, pierde su capacidad transformadora cuando no trae consigo una reflexión sobre nuestro propio culto y los demás cultos que realizan la misma conducta sin reproche alguno, sin darse cuenta que sus burlas hacia la candidez, inocencia, ignorancia o estupidez de los fieles de Ferrer es un bumerán que se devuelve y los debería golpear despertándolos y enterándolos que cada uno de ellos probablemente están siendo víctimas de su propio elocuente, carismático y popular Ferrer, la iglesia católica no es una de las instituciones más ricas del mundo por arte de magia o gracia divina, se hizo inmensamente rica por donaciones obligatorias, por prerrogativas y beneficios por parte de los Estados, los cuales por supuesto no son calificados como estafas, ¿por qué?
Criticar el escenario de la donación señalándola de estafa sin una autocrítica desde el catolicismo u otros cultos protestantes similares al de Ferrer, es una contradicción inmensa, por las siguientes razones:
1-Si la crítica va orientada a la cantidad de la donación que supera el 10%, debe tenerse en cuenta el lapso durante el que ocurrió la donación, muchos cultos han recibido más que la cifra que recibió Ferrer solo que en tiempo diferido, o en especie, también deberían tener en cuenta el número de feligreses, la iglesia católica por ejemplo, recibe mucho más donaciones en media hora de monedas que Ferrer en años, de estas “estafas” ¿todo se reduce al número de estafados? Cuando son menos ¿es más grave? La misma católica además de aportes en dinero recibiendo herencias y propiedades, de concesiones estatales, exenciones tributarias mucho antes, ventajas que Ferrer no tuvo siempre, legalmente no hay un límite a las donaciones religiosas.
2- Si la crítica es dirigida a que el pastor se “voló” y no rinde cuentas sobre el dinero, la pregunta sería, cuando la iglesia católica y las protestantes ha rendido cuentas de sus ingresos y propiedades, por el contrario todo el secretismo y corrupción del vaticano han quedado al descubierto recientemente, sin que esto implique una indignación como la que generó el pastor Ferrer en Colombia, por el contrario ese secretismo es romantizado, nadie titula el papa Benedicto se “voló”, ¿Qué es volarse? La justicia no persigue a Ferrer, a diferencia de los medios de quien probablemente si se esconde y de sus fieles, a quienes legalmente no les debe ni siquiera una explicación, o ¿cuándo hemos visto que prospere judicialmente una devolución de una donación a una religión? En cuanto a rendir cuentas y recolectar recursos, lo único que ha cambiado en miles de años en los cultos es que ahora reciben tarjeta de crédito y hasta criptomonedas, en eso si se modernizan.
3- Si la crítica es dirigida a la presión, la posición dominante del pastor por su autoridad o la mentira en la promesa de la falsa llegada de Jesús, esto demuestra una situación de disonancia cognitiva en esas mayorías, pues la religión católica y las protestantes prometen igual que Ferrer, la presencia de Jesús no solamente en una fecha, sino, cada domingo(sin que esto sea comprobable o pueda ser sujeto de debate racional o judicial), prometen una comunicación directa con un dios, prometen milagros y perdones a cambio de la repetición mecánica de “oraciones” o de penitencias, y por qué no presionan igual que Ferrer a sus fieles para el “mantenimiento de sus iglesias y el desprendimiento de lo material”, pues “de los pobres será el reino de los cielos” si no donan irán al infierno o se perderán X o Y beneficio espiritual, presiones y promesas espirituales que, gaseosas o más especificas siguen siendo imposibles de evaluar como ciertas o no, y hace muy difícil el actuar de la justicia (la flexibilidad que otorga la libertad de culto) ¿qué perito puede dictaminar ante un juez que cristo no llego a los corazones de los fieles de Ferrer?.
En conclusión, quienes pretenden con rabia que se persiga al pastor Ferrer penalmente o se le impongan sanciones por parte del Estado deberán someterse a que igualmente se persiga por estafa a todos los cultos, incluso a la mayoritaria iglesia católica, y aunque algunas autoridades en su afán populista e inquisidor han manifestado la intención de realizar “investigaciones” , la mayoría de penalistas concuerdan en que no existe delito alguno, y que el derecho penal no puede defender la estupidez de la gente, la única cura para evitar estos episodios polémicos es realizar unos cultos más cultos, con ciudadanos con un sentido más crítico, que nos permita preguntarnos ¿por qué nuestro dios necesitaría un cheque, rut, declaración de renta, Bienes?, sentido crítico que solo trae una educación secular y de calidad y un estado laico.
PD: El día 3 de febrero varios medios publicaron una noticia donde se presentan varios capturados por tráfico de sustancias en Barranquilla, la noticia se enfocó más en que practicaban la santería según el allanamiento, incluso el policía que entrevistan, manifiesta oficialmente esa circunstancia de manera despectiva como si fuera parte del delito, cosa que no se hace con otros cultos mayoritarios, lo que demuestra que la discriminación por parte de esos fieles de cultos dominantes si existe, y se presenta en la manera de informar y de aplicar la ley.
Víctor David Aucenon LiberatoAbogado,
Especialista en Derecho Constitucional
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