Escrito por Juan David Ramírez Rubiano. Sociólogo humanista.
La historia nos ha demostrado como los regímenes políticos autoritarios han demostrado un temor inmenso a las ideas expresadas en ciertos libros, obras de arte o todo tipo de expresión artística que consideran peligrosa para su ideología de gobierno, solamente por citar dos casos muy conocidos, la quema de libros que realizaban los nazis (al mejor estilo de un ex procurador colombiano en sus años juveniles) de las cuales entre múltiples obras se encontraban las del escritor Bertolt Brecht por citar uno de los grandes escritores alemanes, o la censura del régimen soviético al escritor y periodista Ruso Vasili Grossman, el cual sufrió la casi desaparición de su obra escrita Vida y Destino, el autor la escribió en 1959, obra con una fuerte critica a la burocracia y el totalitarismo soviético, fue objeto de censura y persecución y solo pudo ver la luz para ser publicada en 1980 en Suiza, valga decir que esta obra también criticaba al nazismo.
Esta práctica no solo es propia de los gobiernos totalitarios, también ha sido propia de las instituciones religiosas, para el caso que nos cita, la iglesia católica es prolífica en este tipo de actos y en los casos en los que no ha podido censurar directamente, suele generar polémicas y presiones que buscan desvirtuar o desestimar la valía de obras artísticas y literarias.
Al respecto es bueno citar un antecedente valido a la hora de separar las obras escritas del condicionamiento divino, Eurípides el poeta dramático griego plasmo en sus obras una ruptura con la figura sagrada de los dioses olímpicos, sus obras satirizaban a los dioses y daban más importancia a los personajes humanos en los que exaltaba también el papel de la mujer, a pesar de que fue acusado injustamente de misoginia, fue precursor en darle importancia a la figura de la mujer en la literatura.
Episodios entre la iglesia y actos contra la libertad de pensamiento , es preciso citar el atroz y criminal asesinato de la icónica Hipatia de Alejandría todo un símbolo de sabiduría y de resistencia a la imposición cristiana en lo concerniente a la libertad del conocimiento, las artes y la filosofía, su muerte producida por una enfurecedla turba de cristianos fanáticos de la época, si damos un salto histórico hacia el siglo XIII entre los años 1306 y 1310 Margarita Porete escribió “El espejo de las almas sencillas” el libro abordaba temáticas favorables al protestantismo, por este escrito y por la negación de Margarita en aceptar los pedidos católicos, fue apresada, acusada por herejía y quemada en 1310, también fue acusada de librepensadora, tremendo crimen para la iglesia, no es de extrañar que entonces escritoras posteriores en el tiempo como Josefa Amar y Borbón despreciaran absolutamente todo lo relacionado con la iglesia católica.
Curiosamente y posterior a la muerte de Margarita Porete, nació Boccaccio en 1313, quien se consagro con la escritura de su clásica obra “El Decameron” aparte del enorme valor literario de la obra, la misma está llena de estilo humanista y como característica principal no tiene presencias religiosas en la trama de los personajes, siendo así pionera de la escritura vernácula, aunque Boccaccio no sufrió una persecución como tal, estuvo tentado a quemar su obra bajo consejo del monje Ciani, pero Petrarca otro gran autor humanista logro evitar tamaña tragedia .
Otro de los ejemplo de obras artísticas que causaron “malestar” en el catolicismo y las corrientes autoritarias de la época, se refleja en la obra de Moliere, el gran dramaturgo francés, su obra Tartufo en la que Moliere atacaba la hipocresía de algunos religiosos que bajo su poder cometen manipulación, la obra también fue censurada por el arzobispo de Paris de aquella época. Otro escritor polémico que busco criticar la religión fue el Marqués de Sade su obra de 1782 Dialogo entre un sacerdote y un moribundo, esgrimirá todos sus argumentos en contra de la misma y exponiendo su ateísmo, por supuesto el Marqués de Sade fue tachado de inmoralidad en general por todas sus obras e incluso condenado a muerte, sin embargo su fallecimiento se produjo en un hospital para enfermos mentales, condición que para nada demerita su gigantesca obra literaria.
Damos otro salto temporal y encontramos la obra del poeta y dramaturgo Nikos Kazantzakis La última tentación de Cristo, de 1953, esta obra cuestionaba la imagen tradicional de Cristo lo cual genero fuertes objeciones de la iglesia católica quien también incluyo la obra en su índice de libros prohibidos. Sumado a lo anterior el autor ya había sido excomulgado por la iglesia ortodoxa griega en 1955. Otro autor que también seria víctima de fuertes críticas, que incluso le costaron la salida de su país natal Portugal, el escritor José Saramago con su obra Los evangelios según Jesucristo, el escritor fue acusado de blasfemias por sectores católicos, sobre esta polémica se recuerda la frase de Saramago “la insolencia reaccionaria de la iglesia, debe ser combatida con insolencia de la inteligencia”.
Como referencia final sobre este tipo de casos es menester citar una curiosa pero genial obra de Samuel Beckett escritor y dramaturgo irlandés, su obra Esperando a Godot la obra básicamente, trata sobre un personaje que siempre se espera y nunca llega, aunque una interpretación extendida de la misma establece que dicho personaje es dios, el autor siempre lo negó, sin embargo es un personaje perfectamente asumible como tal.
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